Las líneas de Nazca es uno de esos lugares mágicos de los que todos hemos escuchado hablar alguna vez y que encierran miles de teorías y mitos a su alrededor. En nuestro recorrido por Perú, una de las actividades que no podíamos dejar pasar era la oportunidad de verlas con nuestros propios ojos y, la mejor forma de verlas es desde el cielo, realizando un vuelo sobre las líneas de Nazca.
Reserva
Tras consultar distintas compañías y opciones, nos decantamos por la compañía Alas Peruanas ya que nos pareció que, entre las que ofrecían mejores garantías, tenía uno de los mejores precios. Reservamos el vuelo sobre las líneas de Nazca por adelantado, haciendo el pago correspondiente a través de Paypal (75 USD/persona la opción clásica), de tal forma que el día del vuelo sólo tuviéramos que pagar los 30 soles de tasas del aeropuerto.
En el momento de la inscripción hay que aportar una serie de datos personales incluyendo el número de pasaporte, pero lo que más nos llamó la atención es que nos solicitaron el peso y es que más tarde descubrimos que lo piden para equilibrar las cargas en las avionetas.
Tipos de recorridos
Cuando reservéis vuestro vuelo hay distintas opciones según el número de figuras que queráis ver. Nosotros optamos por el vuelo tradicional o clásico (cada compañía lo llama de una manera), en el que se ven unas 14-15 figuras durante media hora. Este recorrido incluye las figuras principales: el colibrí, el cóndor, el astronauta, el mono…
Las compañías también ofrecen otros tipos de vuelos ampliados en los que ofertan sobrevolar Qantalloq o ver más figuras. Personalmente, creemos que no merece la pena, porque con el vuelo clásico ves todas las figuras, solo que las menos importantes no las ves con tanto detalle. Pero, en el fondo, es una ventaja porque para apreciar cada figura con detalle, la avioneta se acerca mucho, tanto desde la derecha como desde la izquierda, por lo que gira constantemente y es muy fácil acabar mareado.
Por nuestra experiencia, las primeras 6-7 figuras las ves con ganas y atención, pero después, uno se empieza a sentir mareado con tanto meneo y solo desea volver a poner los pies en tierra firma.
Si os mareáis…
Si sois de los que os mareáis, nuestra recomendación es que no desayunéis demasiado (pero tampoco vayáis con el estómago vacío) y os toméis alguna pastilla para el mareo. En mi caso (Teresa), tengo tendencia a marearme así que me tomé un par de biodraminas con cafeína antes de realizar el vuelo y pude aguantarlo bien. Pero es cierto, que bajé tambaleándome. Sergio no se marea nunca y declinó tomarse ninguna pastilla y también bajó un poco del revés.
Es bastante común marearse con tanto movimiento, así que tenerlo en cuenta, porque os puede fastidiar no solo la experiencia sino el día completo como le pasó a una chica con la que coincidimos en el restaurante a la hora de comer.
Hora de vuelo
Como sólo estábamos un día en Nazca, le dijimos en todo momento a la compañía aérea que estaríamos interesado en volar temprano ya que el resto del día queríamos aprovecharlo para ver la ciudad de Nazca, los paredones, acercarnos al cementerio de Chauchilla y al acueducto de Qantalloq. Además, habíamos leído que es mejor volar a primera hora si se tiene tendencia a marearse.
En todo momento nos dijeron que harían todo lo posible por ser de los primeros en viajar, pero que en cualquier caso dependía de las condiciones climatológicas. Y es que parece ser que, según cómo amanezca el día, puede ser necesario esperar bastantes horas hasta poder hacer el sobrevuelo. Si amanece con viento o nublado, no se puede volar o no se aprecian las figuras por lo que retrasan todos los vuelos hasta que las condiciones mejoran.
En nuestro caso habíamos quedado inicialmente en que nos recogerían entre las 8.00 y las 8.30 y sobre las 8.00 nos llamaron al hotel para confirmarnos que finalmente la recogida se haría a esto de las 8.30 para que estuviéramos listos. Nos recogió en nuestro hotel un representante de Alas Peruanas a la hora indicada y nos trasladaron al aeródromo (muy cercano al centro de Nazca).
Una vez allí, el representante de Alas Peruanas nos ayudó con el papeleo del aeropuerto (no olvidéis llevar vuestro pasaporte) y con el pago de las tasas. Tras estos trámites, a las 9.10 estábamos realizando el vuelo sobre las líneas de Nazca. La verdad es que fuimos muy afortunados y el día amaneció espléndido por lo que no tuvimos que esperar a que las condiciones meteorológicas mejoraran.
El vuelo sobre las líneas de Nazca
Durante media hora, sobrevolamos las principales figuras de las líneas de Nazca. En nuestra avioneta íbamos seis personas: el piloto, un guía que nos iba explicando cada figura, un par de amigos brasileños y nosotros dos.
Antes de empezar a volar te dan un mapa donde aparecen dibujadas todas las figuras que se ven durante el vuelo. Además, cada vez que se vuela cerca de cada una de ellas, el guía te indica qué figura se ve y por qué lado, tomando siempre como referencia el ala del avión. Como comentábamos, para que se puedan ver bien desde ambos lados, la avioneta se aproxima tanto desde la izquierda como desde la derecha.
Durante el vuelo hay tiempo de sobra para hacer fotos y vídeos de la experiencia, aunque en las fotos se aprecian mucho peor en relación con lo bien que se ven desde el aire.
Una vez finalizado el vuelo, nos dejan unos minutos en el aeropuerto para que nos recompongamos y, de nuevo, nos recoge un coche que nos lleva de vuelta a nuestro hotel.
¿Lo recomendaríamos?
Sin duda, sobrevolar las líneas de Nazca es una de esas experiencias que no os podéis perder. Si tenéis dudas de qué compañía coger, nuestra experiencia con Alas Peruanas fue muy buena y la atención, puntualidad y servicios excelentes.
En cualquier caso, hay varias compañías que realizan el vuelo sobre las líneas de Nazca. Comparad precios y elegid la que más os convenza, pero sobre todo tened en cuenta que os ofrezca garantías de seguridad.
