A la hora de diseñar nuestro viaje por Perú teníamos claro que una de las cosas que no podían faltar en nuestra ruta era adentrarnos en la selva del Amazonas. En este caso, la aventurera e insistente era yo (Teresa) mientras que a Sergio le llamaba menos la atención. Aquí se invirtieron totalmente nuestros papeles y es que yo soy de las que veo cualquier bicho y me pongo a gritar como una loca, pero el Amazonas me atraía y no quería dejar escapar la oportunidad de conocerlo estando tan cerca.

Atardecer sobre el Amazonas
Atardecer sobre el Amazonas

En Perú lo más habitual es conocer la selva del Amazonas desde Puerto Maldonado o desde Iquitos. Mucha gente opta por Puerto Maldonado ya que está muy cerca de Cuzco y si se anda justo de días puede ser una opción fantástica. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el río que baña esta zona de la selva es el Madre de Dios y no el Amazonas. Este fue el motivo por el que nosotros nos decantamos por ir a la zona de Iquitos, para poder navegar sobre el Amazonas. Después de habernos pasado tantos años en el colegio y el instituto situándolo en los mapas mudos de geografía, tocaba vivirlo de cerca.

Alojamiento: Muyuna Lodge

Una vez decidida la zona de la selva a donde queríamos ir, lo siguiente fue elegir dónde nos alojaríamos en la selva y es que buscábamos un sitio que nos diera garantías, incluyera las excursiones por la selva y ciertas comodidades. Aquí, lo cierto es que no buscamos mucho y nos dejamos guiar por la experiencia de Viajeros Callejeros y elegimos como alojamiento Muyuna Lodge, y la verdad es que fue todo un acierto. La atención antes, durante y después, fue inmejorable, repetiríamos seguro con ellos.

Nuestro grupo en el embarcadero de Muyuna Lodge
Nuestro grupo en el embarcadero de Muyuna Lodge

Este alojamiento se sitúa en la Reserva Tamshiyacu-Tahuayo, a 140 km de Iquitos, por lo que es necesario recorrer durante 3 horas en deslizador el Amazonas río arriba, toda una experiencia. Debido a su ubicación, es posible la observación de monos, perezosos, delfines rosados, pirañas, diferentes tipos de aves, caimanes e incluso anacondas en su hábitat natural.

En nuestro caso, elegimos la opción de tour compartido de tres días y dos noches. En todas las excursiones los botes salen de Iquitos alrededor de las 9.30 y regresan el último día sobre las 16.00. Debéis tenerlo en cuenta a la hora de gestionar vuestros vuelos, ya que el vuelo de regreso debe ser posterior a las 18.00 para llegar a tipo al aeropuerto.

Cabañas

El alojamiento está compuesto por una serie de cabañas dobles rodeadas por mosquiteras que te hacen sentir en el medio de la selva, pero a la vez protegido (vimos algún lagarto bien cerca de la cabaña). Todas tienen baño perfectamente equipado (creo que sin secador, pero no lo recuerdo) y además una terraza (muchas con hamacas), aunque nosotros no llegamos a salir a la terraza. En las mesillas hay enchufes que para cargar el móvil son suficientes. Las camas son cómodas y está todo limpio.

Interior de nuestra cabaña
Interior de nuestra cabaña

Comidas

Las comidas son en el comedor común y son en formato buffet. Quizá para nosotros fuera lo más flojo del lodge, el tema de la comida, pero también es normal teniendo en cuenta su ubicación.

Solía haber arroz, yuca, pescado, carne y fruta, e iban variando las comidas y las cenas en los días que estuvimos allí. Además, había frutos secos y fruta para picar entre horas. Había siempre agua disponible y se podía comprar cerveza u otras bebidas en el alojamiento.

Equipaje

Desde Muyuna nos recomendaron llevar lo mínimo imprescindible de equipaje, ya que el espacio en los botes es limitado. Por el resto del equipaje no os preocupéis, ya que lo podréis dejar en la oficina de Muyuna y recogerlo a vuestro regreso. Tampoco hay antenas receptoras de móviles, por lo que esos días, la desconexión será total.

Sergio equipado para la selva del Amazonas
Sergio equipado para la selva del Amazonas

A continuación, os dejamos las recomendaciones que nos hicieron llegar por parte del alojamiento en relación con el equipaje para nuestra estancia en la selva del Amazonas.

Ropa

  • Traje de baño.
  • Camisas o polos de manga larga de color claro y de algodón (los colores oscuros atraen a los mosquitos)
  • Pantalones cortos.
  • Pantalón largo y suficientemente grueso para que los mosquitos no puedan atravesarlo.
  • Camisetas de manga corta.
  • Medias para usar con las botas.
  • Ropa de dormir fresca.
  • Botas de agua (las proporciona el alojamiento)

Accesorios

  • Botella reutilizable para el agua. Cuando fuimos las regalaban ellos cuando se hacía el último pago el día previo en la oficina.
  • Zapatillas para usar en los paseos nocturnos en bote. –> nosotros usábamos unas tipo anfibias del Decathlon.
  • Sandalias para caminar en el albergue. -> aquí optamos por unas chanclas.
  • Un sombrero.
  • Gafas de sol.
  • Repelente de insectos.  Desde Muyuna nos recomendaban usarlo solo en las caminatas y tratar de protegernos con la ropa, pero en mi caso los mosquitos la atravesaban sin piedad.
  • Protector solar.
  • Una linterna. Nosotros llevamos un frontal que también usamos en el camino inca, pero no era buena idea usarla porque los mosquitos te rodeaban.
  • Una bolsa para la ropa sucia.
  • Poncho para lluvia.
  • Prismáticos.
  • Un buen libro. Era muy útil en los ratos de descanso en la cabaña.
  • Cámara de fotos y una bolsa de plástico para ella.
  • Mochila pequeña para llevar repelente, agua, etc. durante las excursiones.

Enfermedades y vacunas

Antes de viajar a Perú pasamos por el centro de vacunación internacional para ver qué vacunas teníamos que ponernos, sobre todo teniendo en cuenta que visitábamos la selva del Amazonas en la parte de Iquitos.

Vistas del Amazonas desde Iquitos
Vistas del Amazonas desde Iquitos

Como la de la hepatitis A y las fiebres tifoideas las teníamos recientes de nuestro viaje a Tailandia, solo tuvimos que ponernos la de la fiebre amarilla (a Sergio le dio algo de reacción y estuvo unos días regular con una sensación similar a la gripe). También nos hicieron recetas para comprar las pastillas de la malaria y llevarlas con nosotros en la selva.

Habíamos leído que las pastillas de la malaria tienen bastantes efectos secundarios y decidimos contactar con el alojamiento para ver cuál era su recomendación al respecto y recibimos la siguiente respuesta: 

En el área donde el Muyuna Lodge está ubicado, no existe ni Fiebre Amarilla ni Malaria.  La Fiebre Amarilla ha sido erradicada en el Rio Amazonas.  Hay lugares donde puedes contraer Malaria, sin embargo, Muyuna no está situado en estos lugares.  Generalmente, la Malaria se contrae cerca de la ciudad, donde hay mucha basura y gente.  Hasta el día de hoy, no hemos tenido ningún reporte de alguien que haya contraído Malaria en el área del Muyuna.  Como dato adicional, te comento que por donde estamos, vive el mono nocturno (Aotus trivirgatus).  Este primate es muy susceptible al protozoo causante de la malaria (Plasmodium sp.).  Donde hay monos nocturnos, no hay malaria. Sin embargo, es común que los viajeros tengan problemas del estómago al tomar las píldoras contra la Malaria.

Muyuna Lodge

Así que teniendo esto en cuenta decidimos no tomarnos las pastillas de la malaria por adelantado, pero llevarlas con nosotros por si notábamos cualquier síntoma tomárnoslas lo antes posible. Afortunadamente, no tuvimos que tomar ninguna.

Nuesta estancia en la selva del Amazonas

Primer día

Mañana

El primer día nos recogieron a la hora convenida y nos subimos al deslizador que nos llevaría a travesar los 140 km de río Amazonas que separaban Iquitos de Muyuna Lodge. Decir que la experiencia de recorrer en barca el Amazonas está en nuestro top 5 del viaje. Cuando nos estábamos aproximando ya al alojamiento, nos cambiaron a una barca más pequeña ya que en agosto el caudal del barco es más bajo y teníamos que desviarnos hacia uno de los brazos del río.

Navegando por el Amazonas
Navegando por el Amazonas

Nada más llegar a nuestro alojamiento, nos reunieron a todos y nos dividieron en grupos. En nuestro caso, conformamos un grupo de 6 personas junto con otras dos parejas españolas de edades similares a la nuestra y nos asignaron al guía René.  Acto seguido, dimos cuenta de la comida.

Tarde

Tras llenar nuestros estómagos y descansar una media hora, nos calzamos unas botas de agua y nos adentramos por primera vez en el interior de la selva, para descubrir la flora y la fauna que allí habitaba. También experimentamos la voracidad de los mosquitos que, a pesar de haber lavado la ropa con permetrina y ser bastante gruesa, no dudaban en atravesarla.

Árboles de la selva del Amazonas
Árboles de la selva del Amazonas

Después de nuestra primera incursión por el interior de la selva nos preparamos para subirnos a un pequeño bote que nos llevaría a ver la puesta de sol sobre uno de los brazos del Amazonas, a la vez que avistábamos aves y monos en el margen del río. Aunque os dejamos por aquí alguna foto de la puesta de sol sobre el Amazonas, en ningún caso hace justicia al espectáculo de colores que vivimos esa tarde.

Atardecer sobre el Amazonas
Atardecer sobre el Amazonas

Una vez regresamos de vuelta al alojamiento, tuvimos un tiempo para descansar y cenar, ya que por la noche nos esperaba otra salida, en este caso en bote. Saldríamos a conocer la fauna nocturna que habita en el Amazonas y en los márgenes del río.

Noche

En esta salida pudimos ver monos y aves nocturnas, distintos tipos de ranas y hasta tocar pequeños caimanes que enseguida devolvimos al río. En un momento dado en nuestro recorrido por el río se nos metió un pez en el bote que yo creí era una piraña y pegué tal salto que casi me voy al agua. Por supuesto, no era una piraña y de un par de saltos él mismo regreso al agua y mi corazón casi pudo recuperar su ritmo normal.

Un caimán bebé (lo devolvimos enseguida al río)
Un caimán bebé (lo devolvimos enseguida al río)

Finalizada la salida nocturna, volvimos al alojamiento a reponer fuerzas para el día siguiente y dejando que el sueño fuera cayendo sobre nosotros acompañado de los sonidos de la selva.

Segundo día

Mañana

Tras desayunar, comenzamos con la primera excursión del día y uno de los platos fuertes de la estancia, si éramos afortunados podríamos ver los famosos delfines rosados que habitan en el Amazonas. Pero antes, iríamos a conocer la Victoria amazónica o regia, una especie de nenúfar gigante cuyas hojas pueden alcanzar hasta un metro de diámetro.

Victoria regia
Victoria regia

Después, nos adentramos en un pequeño brazo del Amazonas a la espera de que algún delfín rosado hiciera su aparición y, efectivamente, así fue, a nuestro alrededor había un par de delfines que cada vez que salían a respirar se dejaban ver (eso sí, fotografiarlos ya era misión imposible).

Acto seguido, fuimos hacia otra zona del Amazonas donde aquellos que lo desearan podían meterse a nadar. Sergio, que es un temerario, no se lo pensó dos veces y dijo que no se iba de allí sin haber nadado en el Amazonas que en peores aguas se había metido en algún triatlón. Yo me limité a observarle desde el bote y a avistar algún otro delfín de vez en cuando (teníamos un día de suerte).

En busca de los delfines rosados
En busca de los delfines rosados

Acompañados por una ligera lluvia, regresamos al alojamiento, donde pudimos descansar un rato después de comer.

Tarde

Por la tarde, nos volvimos a montar en nuestro bote para ir a otra zona del río a pescar pirañas y otros peces. Sergio y yo demostramos que si dependiéramos de la pesca nos moriríamos de hambre, ya que los peces se comían el cebo y no mordían en el anzuelo. Sergio, ya a la desesperada consiguió pescar un par de pirañas (me sorprendieron lo pequeñas que eran) y se las comió para cenar.

Sergio feliz con su piraña
Sergio feliz con su piraña

Después de la tarde de pesca regresamos al alojamiento para descansar un rato antes de cenar y de salir a la excursión nocturna.

Noche

Esa noche tocaba calzarse de nuevo las botas para adentrarnos por la zona de la selva alrededor del alojamiento en busca de arañas. Ni a Sergio ni a mí nos atraía la idea de buscar arañas con los frontales en la cabeza atrayendo mosquitos (bastantes picaduras acumulábamos de la tarde anterior), así que le dijimos a René que nosotros prescindíamos de esa salida y preferíamos quedarnos en el alojamiento.

René nos propuso que si queríamos unirnos a una familia que iba a salir a dar un paseo en bote y esa idea sí que nos gustó, así que nos unimos a una familia de dos padres y dos niños y dimos un paseo nocturno en bote y la verdad es que fue todo un acierto. Vimos varias especies de ranas y sapos, entre las que había unas pequeñitas que me recordaban a las de Harry Potter (los frikis de la saga como yo sabrán a qué ranas me refiero). Pero lo mejor de todo, vimos un perezoso muy cerca de nosotros y estuvimos observándole un buen rato mientras hacía… NADA XD.

Mini-ranas como las de Harry Potter
Mini-ranas como las de Harry Potter

Después, fuimos a una pequeña laguna y apagamos el motor y el foco de la barca y disfrutamos de una visión fantástica de las estrellas y constelaciones que se veían desde esa parte del planeta, con el cielo totalmente despejado.

Felices de nuestra decisión de haber cambiado la búsqueda de arañas por la salida en bote, regresamos a nuestra cabaña a descansar.

Tercer día:

El tercer día, nos volvimos a montar en el bote para adentrarnos por el río, seguimos descubriendo nuevas especies de aves y monos por el camino, a la vez que veíamos caimanes y cocodrilos gigantes. También nos topamos con un perezoso y vimos volar varias parejas de papagayos con unos colores impresionantes. Pero el plato fuerte del día fue dar con una anaconda gigante que no son nada fáciles de encontrar. René se atrevió a cogerla para que pudiéramos verla de cerca, mientras nosotros nos situábamos lo más lejos posible de la anaconda en el bote…

Uno de los caimanes que vimos (este ya no es bebé)
Uno de los caimanes que vimos (este ya no es bebé)

Después de una mañana completa disfrutando de la fauna del Amazonas, regresamos de nuevo al alojamiento para comer y despedirnos de la experiencia. Tocaba volver a recorrer 140 kms sobre el Amazonas, pero esta vez en dirección Iquitos para, desde allí, volar a Lima. Nuestra última parada del viaje.

Despedida de Muyuna Lodge
Despedida de Muyuna Lodge

Esperamos que hayáis disfrutado de nuestra experiencia en la selva del Amazonas y quedamos a vuestra disposición en el apartado de comentarios para resolver cuantas dudas podáis tener. Desde luego, os animamos a adentraros en la selva y a vivir una experiencia tan estupenda como la nuestra a pesar de las picaduras de mosquito…

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